GAIA, LA TEORÍA QUE MUESTRA EL CAMINO HACIA LA CIRCULARIDAD

Postulada por el Dr. James Lovelock, la Hipoótesis Gaia es un modelo interpretativo que afirma que el planeta Tierra en su totalidad (incluyendo seres vivos, océanos, suelos y atmósfera), funciona como un super organismo que modifica activamente su composición interna para asegurar su supervivencia. Es decir, la Teoría Gaia muestra el camino hacia la circularidad al presentar a la Tierra como un “planeta viviente” que se autorregula al ser capaz de transformar cualquier elemento natural sin generar residuo.

 

 

Ante situaciones como la reciente pandemia y la crisis socio-económica mundial que vivimos, es inevitable no reconocer la vulnerabilidad humana y la fragilidad del sistema que hemos creado.

 

 

De entre todas las especies del planeta Tierra, la nuestra, la humana, es la única que desarrollado un “ecosistema artificial” que no se rige por las reglas de la naturaleza. Esta situación, nos lleva a ver el mundo y los procesos que en el se suceden de dos formas distintas:

 

  • La biosfera: Formado por todo lo natural. Se trata de un sistema complejo capaz de autorregularse para mantener condiciones favorables para la vida de forma constante. En el, lo que un organismo crea o genera como “residuo”, es materia prima para el siguiente organismo. Por tanto es un sistema que crea todo lo que necesita y no malgasta nada.
  • La tecnosfera artificial: Un ecosistema artificial que nuestra especie ha construido en exclusiva para si misma y que no es natural (como las infraestructuras que construimos, las redes, o cualquier producto o material que no se encuentra en la naturaleza).

 

Esta particularidad, evidencia que nuestra especie está rompiendo el equilibrio y la circularidad de la naturaleza, pues es la única que genera residuos que no son aprovechados como materia prima y que se vamos almacenando -en distintos lugares de la Tierra- a medida que dejan de ser útiles para nuestra especie.

 

La Teoría Gaia muestra el camino hacia la circularidad. Imitar el comportamiento de la naturaleza en el que no existe residuo, es la única solución si queremos lograr la tan deseada sostenibilidad.
Ashes To Life transforma en cosméticos ecológicos un residuo de la industria alimenticia: la cáscara de coco | ASHES TO LIFE

 

 

LA HIPÓTESIS GAIA

 

La hipótesis Gaia (cuyo nombre hace referencia a la Diosa Griega de la Tierra) es un modelo interpretativo formulado por el Dr. James Lovelock que afirma que la presencia de la vida en la Tierra fomenta unas condiciones adecuadas para el mantenimiento de la biosfera. Según esta hipótesis, la atmósfera y la Tierra forman un sistema complejo e interconectado que se autorregula para mantener condiciones favorables para la vida de forma constante.

 

 

Es decir, Gaia es un sistema que tiende al equilibrio basado en la idea de que la biosfera autorregula las condiciones del planeta para hacer que su entorno físico sea más hospitalario con las especies que conforman la vida del mismo. Pero lo más notable es que lleva funcionando así desde hace más de 3 mil millones de años, siendo capaz por si mismo de recuperarse y alcanzar nuevamente el equilibrio a pesar de sufrir sucesos como extinciones masivas o alteraciones climáticas extremas.

 

 

Este equilibrio perdurable en el tiempo no hace más que evidenciar como la Teoría Gaia muestra el camino hacia la circularidad, y que debemos fijarnos en la propia naturaleza si queremos, como especie, buscar el equilibrio.

 

 

Nacido en 1919 en Letchworth (Reino Unido), James Lovelock es un científico independiente que cursó sus estudios de Química en la Universidad de Manchester. En 1948, se doctoró en Medicina en la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres. Considerado como uno de los ecologistas más respetados de su generación, este científico y ambientalista británico dedicó gran parte de su tiempo a la investigación, logrando idear y desarrollar varios instrumentos entre el que cabe destacar el detector de captura de electrones, el primer dispositivo capaz de detectar la presencia generalizada de Clorofluorocarbonos (CFC) en la atmósfera.

 

 

Su gran trabajo en la investigación le llevó a ser contratado en 1961 por la NASA como consultor para su programa de explotación de atmósferas extraterrestres y superficies planetarias, en el que se centraría en encontrar los criterios que deberían seguirse para lograr detectar cualquier tipo de vida.

 

 

Conocer con mayor profundidad la termodinámica de otros planetas y las radicales diferencias que existían entre los mismos y el planeta Tierra, llevaron a Lovelock a reflexionar y a formular la Hipótesis Gaia, en la que afirmaba la existencia de un sistema de control global de la temperatura, composición atmosférica y salinidad oceánica.

 

 

El propio Dr. James Lovelock definió Gaia como “Una entidad compleja que implica a la biosfera, atmósfera, océanos y tierra; constituyendo en su totalidad un sistema cibernético o retroalimentado que busca un entorno físico y químico óptimo para la vida en el Planeta.”

 

 

Publicada en 1972, la Hipótesis Gaia refleja como en este sistema complejo, lo que un organismo crea (residuo), es materia prima para el siguiente organismo. Es decir, se trata de un sistema que crea todo lo que necesita y no malgasta nada. Una evidencia más de como la Teoría Gaia muestra el camino hacia la circularidad.

 

 

Pese a que todo lo que pensaba en aquel momento le parecía obvio, el propio Lovelock no tenía ni idea de que lo que estaba formulando, era algo revolucionario. Y es que con anterioridad a la formulación de la Hipótesis Gaia, se suponía que la Tierra poseía las condiciones apropiadas para que la vida se diese en ella. Y que esta vida, se había limitado a adaptarse a las condiciones existentes así como a los cambios que se producían en esas condiciones.

 

 

En cambio, la Hipótesis Gaia lo que proponía es que dadas unas condiciones iniciales que hicieron posible el inicio de la vida en la Tierra, ha sido la propia vida la que las ha ido modificando y que, por lo tanto, las condiciones resultantes son consecuencia y responsabilidad de la propia vida.

 

La esencia de los sistemas vivos es que son regenerativos. Un incendio forestal, deja el terreno yelmo y humeante, literalmente en cenizas. Pero luego, mágicamente, el bosque se regenera más sano de lo que era antes del fuego. La clave del proceso de regeneración es que se lleva a cabo de forma continua.
Jabonera Anaho, una pieza de diseño sostenible elaborada a partir de un residuo forestal | ASHES TO LIFE

 

 

CONCLUSIONES. COMO LA TEORÍA GAIA MUESTRA EL CAMINO HACIA LA CIRCULARIDAD

 

 

El Dr. James Lovelock fue el primero en hacer que nos diésemos cuenta de que la tierra es un sistema cohesivo. Todo está interconectado. Se auto-equilibra. Y nuestra especie, esta rompiendo dicho equilibrio.

 

 

En la economía actual, cogemos algo, consumimos, y lo tiramos. O dicho de otra forma, en pleno siglo XXI, el sistema mundial que hemos creado como sociedad funciona de un modo lineal. Pero si nos fijamos en la naturaleza y en los sistemas circulares, veremos que todo tiene más lógica. Los desperdicios (residuos) de un sistema, son la energía (recursos) del siguiente, por lo tanto están constantemente interrelacionados en círculos superpuestos. Son ciclos dentro de los propios ciclos en los que los recursos se transforman en residuos de forma ilimitada.

 

 

¿Podríamos como especie replicar el modelo de la naturaleza reutilizando nuestros residuos de forma ilimitada? La respuesta es clara: si. Únicamente necesitamos replantearnos nuestro modelo sistémico de usar y tirar para que los recursos también circulen. Para ello, tenemos que mantener todos los materiales dentro de un bucle, sin tirar nada, sin dejar residuos. Así podríamos utilizar esos residuos durante mucho tiempo e imitar el comportamiento de la naturaleza, donde no se desperdicia nada.

 

 

Pero también, tal y como decíamos en el artículo de este mismo blog “La responsabilidad social empresarial empieza en los sueños”, es necesario que las empresas asumamos la responsabilidad de crear y ofrecer productos y servicios que nos lleven hacia un futuro más sostenible, integrando en la visión de negocio el respeto por las personas, los principios y valores éticos, la comunidad y, por supuesto, el respeto medioambiental.

 

 

Desde Ashes to Life asumimos como propia esta responsabilidad, y compartimos la visión del Dr. James Lovelock, siendo conscientes de que la Teoría Gaia muestra el camino hacia la circularidad. Por ello, y a través de la innovación, utilizamos distintos residuos para crear nuestros productos, entre los que se encuentran:

 

  • Cáscara de Coco: Un residuo que genera la industria alimenticia y que, debido a sus múltiples propiedades para la piel, lo utilizamos como materia prima para crear nuestros cosméticos ecológicos.
  • Hueso de Aceituna: La producción del aceite de oliva (oro líquido), genera a nivel mundial una gran cantidad de residuos en forma de hueso de aceituna. Para nosotros, un “oro sólido” que utilizamos como materia prima de primera calidad para incluirlo en la formulación de los cosméticos ecológicos sólidos exfoliantes.
  • Madera de poda controlada: El residuo forestal procedente de los trabajos de limpieza y poda controlada de montes gestionados de forma sostenibles que se realiza para prevenir incendios, lo utilizamos como materia prima para crear nuestras Jaboneras Anaho. Así es como transformamos un residuo forestal en una pieza de diseño sostenible.

 

 

Estos son simplemente algunos ejemplos de cómo las empresas, a través de la innovación, podemos y debemos adaptarnos para ofrecer soluciones reales a los retos ambientales, sociales y económicos a los que nos enfrentamos.

 

Gracias a la innovación, podemos literalmente coger recursos post-consumidor (residuos) y transformarlos en una nueva generación de productos de gran calidad y valor. Esto va a cambiar el mundo.

 

 

Ya avanzábamos en el artículo “Ashes To Life, un modelo basado en la economía regenerativa que crea vida de las cenizas” que es necesario que las empresas apostemos por modelos basados en la economía regenerativa y no extractiva. O lo que es lo mismo, que apostemos por la circularidad.

 

 

Estamos ante un momento clave y es necesario que, como sociedad, tomemos una decisión sobre el rumbo que vamos a tomar. Y que mejor modelo para basarnos que el que nos ha mostrado de la propia naturaleza: un modelo que se ha mantenido a lo largo del tiempo y por el mero hecho de seguir existiendo, ha demostrado ser sostenible.

 

 

Así es precisamente como la Teoría Gaia muestra el camino hacia la circularidad. Nos sitúa frente al modelo que tiene la propia naturaleza, invitándonos a modificar nuestro sistema para que éste llegue a cero residuos. Imitar a la naturaleza, en eso consiste la circularidad.

 

ASHES TO LIFE #CuidaTuPielYlaDelPlaneta

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Queremos devolver a la vida los bosques incendiados transformando parte de sus cenizas en productos ecológicos. #CUIDATUPIELYLADELPLANETA

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