COSMÉTICA CRUELTY FREE, CUESTIÓN DE ÉTICA

Legislación del país productor, certificaciones, políticas de distribución, conductas responsables de las marcas,… son numerosos los factores que intervienen a la hora de poder valorar y reconocer la cosmética Cruelty Free. ¿Quieres aprender a identificarla y conocer la historia de este concepto?

 

 

La cosmética ecológica, vegana y libre de crueldad animal es todo un fenómeno que va más allá de una moda pasajera. Es innegable que este cambio social ha logrado extenderse a lo largo del mundo derribando fronteras gracias, entre otras cosas, a los avances legislativos y a la mayor información que se facilita a los consumidores.

 

 

Pero en ocasiones, la numerosa terminología publicitaria utilizada, la gran cantidad de sellos de certificación existentes, y las distintas practicas empresariales, hacen que para los consumidores se complicado diferenciar la cosmética Cruelty Free de la que no lo es.

 

 

Es una obviedad que hoy en día adquirimos numerosos productos cosméticos sin conocer lo que hay detrás de su creación. Y si nos detuviésemos a analizar los procesos de producción que hay detrás de cada marca, seguramente nos replantearíamos el consumo de esos productos. Y es que no es tan sencillo identificar la cosmética Cruelty Free, pues la ley se limita a considerar los ingredientes creados específicamente para el sector cosmético.

 

 

El objetivo principal de este artículo es facilitar a los consumidores la comprensión de la normativa, de tal forma que les ayude a identificar aquellos productos cosméticos que son honestos, éticos y que tienen una conducta sostenible dirigida a la preservación de los entornos naturales y de todas las especies animales que habitan en la Tierra.

 

 

A pesar de la creciente preocupación pública, la mayor disponibilidad de productos éticos, y la aparición de Organizaciones como Cruelty Free International, los animales continúan siendo utilizados en pruebas crueles para testar productos. Pero por suerte, cada vez son más los consumidores responsables que buscan marcas honestas y sostenibles libres de cualquier experimentación animal. Y la industria cosmética no es ajena a este hecho. Aprender a detectar este tipo de cosmética Cruelty Free, facilita a los consumidores el camino hacia un consumo más responsable.

 

 

El 24 de abril se conmemora el Día Internacional del Animal de Laboratorio. Un día que nos invita a reflexionar sobre las malas prácticas, abusos y torturas a las que son sometidos los animales de laboratorio causándoles un daño físico y psíquico, privándolos de su derecho a la vida y la libertad.
Campaña de concienciación que conmemora el Día Internacional del Animal de Laboratorio | ASHES TO LIFE

 

 

HISTORIA DEL CONCEPTO CRUELTY FREE

 

 

El “Cruelty Free” fue acuñado por primera vez en los años 40 por la británica Muriel Dowding (1908-1993), activista por los derechos de los animales. Esta baronesa, utilizó su destacada posición social para promover el bienestar animal sin buscar ninguna ganancia o recompensa personal.

 

 

Vegana de convicción, organizaba regularmente almuerzos los domingos para presentar a su círculo de personas influyentes la comida vegetariana, siendo su casa siempre un santuario para los animales necesitados. En el año 1959, fundó en Sudáfrica Beauty Without Cruelty (BWC), una organización benéfica de derechos de los animales con el objetivo principal de educar e informar al público sobre la explotación, el abuso y el sufrimiento de todos los animales y ofrecer alternativas humanas, sin animales, para reemplazar las opciones de estilo de vida crueles y dañinas.

 

 

Esta organización, trabajó durante años apoyando la Ley de Cosméticos Humanitarios en su misión de poner fin a las pruebas cosméticas con animales en EE.UU. Y posteriormente, en 1963, la baronesa fundó Beauty Without Cruelty Cosmetics, una empresa privada que fue pionera en la producción de jabón vegano libre de crueldad animal y que se convirtió en un artículo de lujo.

 

 

Pese a los numerosos altibajos que sufrieron ambas organizaciones, esa idea y dedicación a los derechos de los animales ha perdurado en el tiempo llegando a nuestros días, siendo cada vez más las empresas conscientes que ven totalmente innecesario realizar pruebas con animales a la hora de producir sus productos.

 

 

Pero no podemos olvidar que estas prácticas se continúan realizando y que resulta necesario luchar contra ellas. Es por ello que, el 24 de abril de cada año, se conmemora el día Internacional del Animal de Laboratorio. Un día que nos invita a reflexionar como sociedad sobre las malas prácticas, abusos y torturas a las que son sometidos los animales de laboratorio causándoles un daño físico, psíquico, privándolos de su derecho a la vida y a la libertad.

 

 

Esta iniciativa de la Asociación Internacional Contra los Experimentos Dolorosos en Animales (IAAPEA) y respaldado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), además de invitarnos a reflexionar, debe ayudarnos como sociedad a hacer avances hacia un consumo más ético, responsable y Cruelty Free.

 

 

Para identificar una marca de cosmética Cruelty Free hay que mirar más allá de los sellos de certificación. Resulta necesario conocer en detalle cómo produce sus productos, dónde los fabrica y donde los comercializa, pues la legislación no es igual en todos los países.
Jabón cosmético ecológico sólido hidratante, vegano y crueltly free | ASHES TO LIFE

 

 

QUÉ ES LA COSMÉTICA LIBRE DE CRUELDAD ANIMAL Y CÓMO IDENTIFICARLA

 

 

La cosmética Cruelty Free, como su propio nombre indica, es aquella que está basada en el principio de que ningún animal debe ser torturado a lo largo de todo el proceso de fabricación de un producto ni se hacen pruebas con ellos.

 

 

La industria cosmética convencional, al utilizar sustancias químicas y algunas tóxicas a la hora de elaborar sus productos, suele realizar distintas pruebas de laboratorio para evaluar las reacciones que provocan estas sustancias, ingredientes o productos producidos con los mismos.

 

 

Sin embargo, esta práctica no es imprescindible, pues ya son numerosos países cuya legislación prohíbe la utilización animal. En Europa, por ejemplo, la legislación prohíbe desde el año 2013 la experimentación en animales para la obtención de productos cosméticos.

 

 

Desde entonces, muchas de estas evaluaciones se hacen mediante cultivos celulares, tejido humano, modelos computarizados e incluso con estudios en voluntarios.

 

 

Pese a ello, no es tan sencillo identificar la cosmética Cruelty Free, pues la ley se limita a considerar los ingredientes creados específicamente para el sector cosmético. Y dado que existen muchos otros ingredientes creados para otras industrias (como por ejemplo en la alimenticia o la farmacológica) que son utilizados de forma habitual para formular los cosméticos, esta tarea no es tan sencilla.

 

 

Por ello, para verificar la afirmación de una marca libre de crueldad, es recomendable valorar distintos aspectos. A saber:

 

  • La marca dispone de una certificación. Al igual que sucede con la Certificación Cosmética Ecológica, existen numerosas entidades que evalúan, según su normativa propia, distintos aspectos de las marcas para determinar si la producción de estos productos cosméticos están libres de crueldad animal.
  • La marca en sí no prueba productos terminados ni los ingredientes en animales. Las marcas fabricadas en Europa no testan en animales desde la entrada en vigor de la ley en 2013.
  • Los proveedores de la marca no prueban productos terminados ni los ingredientes en animales. Conviene recordar que algunas marcas producen sus productos en otros países, y la legislación de estos puede obligar a las marcas a testar en animales antes de permitir su comercialización.
  • Ningún tercero prueba los productos terminados o los ingredientes en animales. Algunos países como china, obligan a testar los productos en animales antes de permitir su comercialización. Por ello, las marcas que distribuyen en este tipo de países utilizan a terceros para realizar este tipo de pruebas.
  • La marca no prueba en animales donde lo exige la ley. Hay marcas que anteponen sus valores a los objetivos económicos de la compañía. Este tipo de empresas éticas, fieles a sus principios y al respeto ambiental y animal, son capaces de no distribuir sus productos en países que obligan a realizar este tipo de prácticas en animales.

 

 

Si atendemos a estos aspectos, resulta importante destacar que los consumidores deben mirar más allá de los sellos para identificar una marca Cruelty Free, pues es necesario leer el INCI, ver los ingredientes uno a uno, conocer cómo y dónde se produce, en qué países se distribuye y cuál es su filosofía.

 

 

En un sistema en el que las multinacionales anteponen el dinero a la empatía por los animales, se agradece poder acceder a marcas que realmente alinean sus palabras con sus actos. O lo que es lo mismo, a marcas que producen y distribuyen de forma ética. ¿Te unes al consumo consciente y responsable? ¿Te pasas a la cosmética Cruelty Free, vegana  y ecológica de Ashes To Life?.

 

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